Hoy, 17 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra el Cáncer de Próstata con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre esta enfermedad e informar de la importancia del diagnóstico precoz y de los recursos y posibilidades para su tratamiento.
Según los datos del Ministerio de Salud la patología afecta a 1 de cada 7 hombres, entre los 45 y 50 años de edad, sobre todo si hay antecedentes familiares de la enfermedad. Además, es la segunda causa de muerte entre los hombres a nivel mundial y, en nuestro país, con más de 400 muertes por año.
El cáncer de próstata es curable con la detección temprana, mediante un examen físico o un análisis anual de sangre. La falta de controles periódicos para la detección precoz de dicha patología es el principal problema en la población masculina.
¿Qué es el cáncer de próstata?
El cáncer es un término genérico que hace referencia a un tipo particular de lesión, que se manifiesta la mayoría de las veces en forma de un tumor, es una masa que crece dentro del cuerpo, cada órgano en particular puede desarrollar distintos tipos de cáncer. A su vez estos cánceres pueden ser distintos entre sí, dentro del mismo órgano.
En el caso del cáncer de próstata, hace referencia a cualquier tumor maligno que se origina en dicho órgano, sin embargo, la mayoría de las veces se genera dentro de una estructura denominada glándulas prostáticas.
La próstata es parte del sistema reproductor masculino y tiene funciones específicas, particularmente en agregar ciertos componentes al semen para ayudarlo en sus funciones, entonces estas sustancias son producidas dentro de las glándulas y en algunas circunstancias estas glándulas pueden malignizarse, es decir, formar un cáncer de próstata.
¿Cómo se podría prevenir este tipo de cáncer?
Cuando hablamos de cáncer entran tres escenarios distintos:
- La prevención primaria, evita la aparición de una enfermedad, mediante el control de los factores de riesgo de la persona.
- La prevención secundaria, que consiste en la identificación de la lesión al principio, cuando todavía es pequeña o reciente y se puede intervenir para evitar que siga avanzando, es decir, detener o retrasar el progreso de la enfermedad.
- La prevención terciaria, se quiere reducir las complicaciones de la lesión, busca mejorar la calidad de vida del paciente.
En el caso del cáncer de próstata no hay un factor de riesgo asociado, no es por ejemplo como el cáncer de pulmón que se asocia con el tabaquismo o el cáncer de cuello uterino que se asocia con la infección del Virus del Papiloma Humano (VPH), el factor principal de riesgo del cáncer de próstata sería el mero hecho de ser hombre, no hay asociación clara con algún hábito o dieta, por eso la prevención primaria no es posible, hay ciertos tipos de cánceres en los que uno no tiene que hacer nada para tenerlos, por así decirlo, simplemente sucede.
La prevención secundaria en este caso sería la efectiva, detectar la lesión cuando todavía es muy incipiente y se pueda tratar. Por supuesto con la terciaria, que es cuando aparece ya la lesión se debe buscar qué hacer para evitar que aparezcan más complicaciones. La mayoría de los esfuerzos deben estar enfocados en la prevención secundaria del cáncer de próstata, es decir, tratar la lesión lo antes posible, para que se pueda curar.
¿A partir de qué edad y con qué frecuencia se deben realizar las consultas?
El cáncer de próstata es muy raro antes de los cuarenta años, comienza a aparecer entre los 55 y 65 años, mientras mayor es la edad, es más común, hombres de 70 u 80 años tienen más probabilidades de tener cáncer de próstata que otros más jóvenes.
Por eso se recomienda empezar con los chequeos anuales o cada dos años, a partir de los cuarenta, a no ser que tengamos antecedentes de cáncer de próstata en la familia. A veces se encuentran ciertas alteraciones que requieren un seguimiento más cercano y otras veces no hace falta, depende del contexto.
¿Cuáles son los síntomas?
La próstata en sí, como rodea la uretra, que es el conducto por donde sale la orina, presenta manifestaciones que están relacionadas con las alteraciones de la conducta de la orina, por ejemplo, cuando crece la próstata, a los hombres les cuesta orinar, el chorro es débil y corto. Levantarse mucho a la noche a orinar no es normal, uno no debería hacerlo más de dos veces durante la noche. Puede aparecer, además, sangre en la orina o en el semen, también es muy frecuente que haya dolor. Sin embargo, dichas manifestaciones son totalmente inespecíficas y pueden aparecer por otras condiciones que son benignas, no indican necesariamente un cáncer.
En ocasiones, el cáncer de próstata aparece sin ningún tipo de manifestación, por lo tanto, los hombres no buscan ayuda profesional, porque no presentan síntomas. Es más, si aparecen las alteraciones mencionadas, la mayoría de las veces va a ser algo que no es cáncer de próstata, suele ser la hiperplasia prostática, que es el agrandamiento de la glándula prostática, una afección frecuente a medida que los hombres envejecen.
Es importante que haya una conciencia de hacerse el chequeo regularmente respecto al tema. Además, debemos existir programas públicos que informen a la población masculina de esta situación, porque si uno no tiene ningún síntoma es difícil que vaya al médico.
¿A qué profesionales se debe recurrir para hacerse los chequeos?
Es recomendable ir a un urólogo si se presenta alguna alteración, y en el caso de que el profesional encuentre evidencia de que hay un cáncer de próstata, sería un trabajo multidisciplinario entre especialistas.
¿Cuáles serían los tratamientos?
El más recomendable es extirpar el tumor, si es maligno y si se lo identifica en una etapa en la que se pueda remover quirúrgicamente, sin embargo, muchas veces el diagnóstico tarda. Cuando ya no se puede operar el tumor, se debe recurrir a otras opciones como la quimioterapia, la radioterapia o las terapias dirigidas específicamente contra las células tumorales.
Dependerá mucho del tipo de cáncer, de qué tan avanzado esté y cuáles son los tratamientos disponibles para el individuo, en el lugar en el que se trata y por supuesto los factores socioeconómicos que influye el tratamiento.
Lo ideal sería encontrar el tumor en una etapa en la que se le pude remover o en la que se pueda utilizar la radioterapia localizada y destruirlo locamente antes de que siga avanzando.